En un zócalo repleto de simpatizantes de toda la república, el candidato perdedor a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, llamó a la resistencia civil en contra del fraude y la primera acción es tomar los 300 comités distritales del IFE para evitar que se saque paquetería electoral. Por lo demás, la resistencia civil se efectuará de acuerdo a las condiciones de cada estado, en donde sin duda los del partido amarillo tendrán varios enfrentamientos con las policías estatales y municipales, ya que el método preferido para una “resistencia civil” de los partidarios del sol azteca es bloquear carreteras, palacios municipales, caminos, etc.
Dice López Obrador que la única posibilidad de que se suspendan las marchas es que el Tribunal Electoral Federal determine que se abra casilla por casilla. A ver qué pasa: si pierden más rápido la cabeza las autoridades o se desinflan los perredistas. En la concentración de este domingo, la policía del Distrito Federal (partidaria de Obrador) calculó a un millón (¿?) de personas, una concentración mayor a la que se hizo por la marcha para la seguridad el año pasado. La nueva cita en el zócalo es el 30 de julio y a ver si no se les ocurre quemar el Palacio Nacional, porque los panuchos no quieren que ponga López Obrador su tendedero de ropa en ese lugar. Este país es de ficción. Se inventan cifras de manifestantes, se finta con incendiar el país, pero para su desgracia hay mercancía en los mercados y la gente transita libremente por toda la república. Si Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, hubiera convocado a una resistencia civil, de seguro se cae el gobierno federal, ya que tenía el apoyo del ejército y de la policía., lo demás es payasada.
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